miércoles, 26 de febrero de 2014

Devuelta por la Muerte


He visto la silueta de la muerte,
he oído al ángel de la vida,
jugarse mi suerte
en una absurda partida.
La muerte me ha mirado
como quien mira a un gusano,
un insignificante ser mundano,
no soy más que una lombriz
luchando por vivir.
Su fría e inquietante mirada
me ha helado el alma,
temido segador de vidas
que la sonrisa tiene prohibida.
Algo en mi alma ha visto,
y al ángel de la vida ha llamado,
quizá para él no sea un vulgar gusano
sino más bien un gusano distinto.
-”¿Qué te parece este alma?
Nos la jugamos a todo o nada?”
El ángel de la vida me mira,
-”Tal vez valga la pena,
salvar esta niña”
-”Si ganas, tres veces le salvo la vida;
si pierdes, tres vidas siego a mediodía”.
-”¡Hecho! Sin trampas ni cartón
quien gane es el campeón”.
La parca ha perdido
y su promesa ha cumplido,
dos veces me ha salvado,
la vida me ha regalado,
el ganador se lo ha recordado,
y fiel a su palabra ha obrado.
No sé que ha visto en mi alma,
o si simplemente jugó por placer,
que de la muerte me hizo volver
el señor de la guadaña.
El ángel de la vida
me ha traído de su guarida,
pues allí guarda las almas perdidas.
-”Toma, llévatela y llénala de vida,
haz que este alma se llene de alegría,
no me quiero arrepentir
de haberla dejado vivir,
cuando de nuevo la salve
quiero sentir que la pena vale”
De nuevo nos hemos encontrado,
no sé qué habrá pensado,
pero un pequeño brillo
en sus ojos he perdibido.
Tal vez de alivio,
o de tierno cariño,
fuera lo que fuera
le estoy agradecida,
necesitaba volver a la vida
y la importancia de vivirla
por fin he conocido.
De nuevo he regresado
pero a los míos se va llevando.
Uno a uno, lentamente
para que lo tenga presente,
el de la parca no ha desaparecido
y nunca se va de vacío.


Mary Camiña. "Felicidade e sentimentos". 2.013-14

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