Nubes oscuras, frías, perturbadoras da
tranquilidade desafían con entrar no Edén, fórmanse no horizonte e
non concibo a posibilidade de que sexan reais. Igual é unha
alucinación, froito deste deslumbrante sol que me aloumiña, e me
fai sentir tan feliz; igual collín unha insolación de felicidade
aquí, no meu Paraíso particular... Pero non, podo notar os fríos
ventos que se aproximan, e alí están, espectantes, esperando,
dubidando do rumbo que han de tomar, como un exército de malos
sentimentos, de dor e desolación ás portas dun castelo que queren
derrubar.
Vanse acercando e entón un chisco de
esperanza alcanza a miña alma.. E posible, tal vez, que collan outro
rumbo e nos deixen tranquilos no noso remanso de paz e felicidade?
Sexa ou non posible, a tranquilidade cambiou para converterse en
dor, unha dor de posible perda do sol...
Non! Tranquila, ainda as nubes non
están enriba de nós, ainda poden mudar de dirección, pero pouco a
pouco se van acercando, amodo...
Que angustia! Que desesperación! A
espera, a eterna espera do posible e do imposible, do tal vez e do
quizáis... A esperanza é o último que se perde..., o vento ainda
pode facer que as nubes viren e non cheguen nunca ao Edén...
E sei, que ainda que ao final as
amenazadoras nubes nos alcancen e descarguen a súa dor e desacougo
sobre nós, o rexio sol do Edén se agocha tras delas e nalgún
momento, máis tarde ou máis cedo, as nubes desaparecerán e
deixarannos disfrutar de novo do astro rei en todo o seu
esplendor,...que nos curará as feridas, como tantas veces fixo, que
aloumiñará cos seus raios as nosas doridas almas e volverá a
enchernos o corazón de sorrisos e alegrías, de cariño e
felicidade.
Xa non seremos os mesmos de antes da
gran tormenta pero aquí seguiremos, coa esencia que permanece fiel
sempre aos seus principios e sentimentos.
Coa alma sempre disposta a loitar e a
ser feliz.... reconstruiremos o Edén!
(Mary Camiña)
Tormenta en el Eden
Nubes oscuras, frías, perturbadoras de la tranquilidad desafían con entrar en el Edén, se forman en el horizonte y no concibo la posibilidad de que sean reales. Quizá es una alucinación, fruto de este deslumbrante sol que me acaricia, y me hace sentir tan feliz; tal vez cogí una insolación de felicidad aquí, en mi Paraíso particular ... Pero no, puedo notar los fríos vientos que se aproximan, y allí están, inmóviles, esperando, dudando del rumbo que tomarán, como un ejército de malos presagios, sentimientos, de dolor y desolación a las puertas de un castillo que quieren derribar.
Van acercándose, y, entonces, una pequeña esperanza alcanza mi alma.. ¿Será posible, tal vez, que cojan otro camino y nos dejen tranquilos en nuestro remanso de paz y felicidad? Sea o no posible, la tranquilidad cambió para convertirse en dolor, un dolor de posible pérdida del sol ...
¡No! Tranquila, las nubes aun no llegaron a nosotros, aun pueden cambiar de dirección, pero poco a poco se van acercando, despacio ...
¡Qué angustia! ¡Qué desesperación! La espera, la eterna espera de lo posible y de lo imposible, del tal vez y del quizás ... La esperanza es el último que se pierde ..., el viento aun puede hacer que las nubes vuelvan y no lleguen nunca al Edén ...
Y sé, que aunque al final las amenazantes nubes nos alcancen y descarguen su dolor y desazón sobre nosotros, el regio sol del Edén se esconde tras ellas y en algún momento, más tarde o más temprano, las nubes desaparecerán y nos dejarán disfrutar, de nuevo, del astro rey en todo su esplendor...que nos curará las heridas, como tantas veces hizo, qué acariciará con sus rayos nuestras doloridas almas y volverá a llenarnos el corazón de sonrisas y alegrías, de cariño y felicidad.
Ya no seremos los mismos de antes de la gran tormenta pero aquí seguiremos, con la esencia que permanece fiel siempre a sus principios y sentimientos.
Con el alma siempre dispuesta a luchar y a ser feliz .... reconstruiremos el Edén!
Van acercándose, y, entonces, una pequeña esperanza alcanza mi alma.. ¿Será posible, tal vez, que cojan otro camino y nos dejen tranquilos en nuestro remanso de paz y felicidad? Sea o no posible, la tranquilidad cambió para convertirse en dolor, un dolor de posible pérdida del sol ...
¡No! Tranquila, las nubes aun no llegaron a nosotros, aun pueden cambiar de dirección, pero poco a poco se van acercando, despacio ...
¡Qué angustia! ¡Qué desesperación! La espera, la eterna espera de lo posible y de lo imposible, del tal vez y del quizás ... La esperanza es el último que se pierde ..., el viento aun puede hacer que las nubes vuelvan y no lleguen nunca al Edén ...
Y sé, que aunque al final las amenazantes nubes nos alcancen y descarguen su dolor y desazón sobre nosotros, el regio sol del Edén se esconde tras ellas y en algún momento, más tarde o más temprano, las nubes desaparecerán y nos dejarán disfrutar, de nuevo, del astro rey en todo su esplendor...que nos curará las heridas, como tantas veces hizo, qué acariciará con sus rayos nuestras doloridas almas y volverá a llenarnos el corazón de sonrisas y alegrías, de cariño y felicidad.
Ya no seremos los mismos de antes de la gran tormenta pero aquí seguiremos, con la esencia que permanece fiel siempre a sus principios y sentimientos.
Con el alma siempre dispuesta a luchar y a ser feliz .... reconstruiremos el Edén!
(Mary Camiña)
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